Si has leído la última entrada publicada por Mónica en el blog y estás con nosotras en nuestro grupo privado de facebook, habrás visto en primera persona el gran debate que se ha llevado a cabo en torno a su artículo. Y es que el tema de si emprender es para todo el mundo o no, da para largo.
Y hoy, aprovechando que el pequeñín está con los abuelos, quiero compartir contigo mi visión respecto a este tema y te animo a que tú me cuentes la tuya. Porque es cierto que aquí no hay solo blanco y negro, sino toda una gama cromática detrás y cada caso es distinto, pero pienso que la esencia, la base, el trasfondo… es el mismo para todas.
Si me conoces un poco, y supongo que así es si me estás leyendo en estos momentos, sabes que yo no te animo a lanzarte de lleno a hacer realidad tu idea sin tener claro que es lo que quieres y necesitas. Tampoco a que dejes ese trabajo que te da cierta seguridad y estabilidad a fin de mes, sobre todo si tienes otras responsabilidades o peques en casa.
Pero si te animo a intentarlo, a compaginarlo con tu trabajo actual, comprobar si tu idea es en realidad viable, te hace feliz y entonces, cuándo tengas unas bases sólidas y un sistema mínimo viable que te permita prescindir de tu otro trabajo, lanzarte a la aventura de emprender.
Por que sí, esto de emprender es una aventura, una montaña rusa con sus subidas y sus bajadas. Ya he compartido contigo mis momentos buenos y malos, por lo que no creo que pienses que emprender es la solución a todos tus problemas o, al menos, que es la única solución, la más sencilla y rápida.
Porque no es ni una cosa ni la otra. Yo tardé 6 meses en empezar a ver beneficios de las horas y recursos invertidos. Y tardé dos años en dejar mi oficina gris atrás. No di ningún paso en falso sin haber analizado antes muy bien las posibles consecuencias y si sería capaz de hacerles frente. Por eso, algo que yo no he hecho, no voy a animarte a hacerlo a ti.
Sería una locura… como lanzarte al vacío sin paracaídas ni ver tierra firme. Pero si llega el momento en el que sientes que es lo que necesitas, que estás preparada y quieres hacerlo, no seré yo la que te desanime y te desmotive con estadísticas. Al contrario, compartiré contigo mi propia experiencia, mis sacrificios, mis logros y fracasos, para tratar de facilitarte el camino que has escogido para ti.
Porque quiero que entiendas una cosa y que la grabes a fuego en tu mente: Tú también puedes. No me gusta nada la nueva moda de que emprender es solo para unos cuántos elegidos que son capaces de sacar su idea adelante. Parece que se está transformando en una especie de club privado dónde todos los que estamos trabajando en ello somos superdotados o especiales. Y no es así.
Somos gente normal y corriente, como tú, que un día decidió tomar las riendas de su vida y llegó a la conclusión de que emprender su propio negocio era la solución más acertada a sus problemas. No la más sencilla ni la más rápida, pero sí la que quería llevar a cabo porque a largo plazo le haría más feliz.
Y es la idea que intento transmitir en este blog, en cada una de las entradas en las que hablo sobre emprendimiento desde mi experiencia personal. Que no somos afortunadas ni especiales, tampoco diferentes a ti. Solo nos hemos arriesgado y apostado alto por nuestra idea, invertido un montón de horas y recursos en hacerla realidad y hemos asumido que los inicios son duros, pero cuándo el sistema funciona, si has seguido los pasos correctos, vuelve la calma y puedes disfrutar de tu nueva vida.
Es cierto que emprender NO es para todo el mundo, habrá quién tire la toalla antes de empezar o poco después. Pero no PORQUE NO PUEDA o sea menos que los que hemos convertido nuestra idea en nuestro negocio, sino por otros motivos que, si bien son importantes, pienso que pueden solucionarse con otras alternativas que no sea abandonar.
Entonces ¿Qué necesitas para emprender con tu idea genial y convertirla en tu forma de vida?
Querida amiga, ha llegado el momento de revisar tus cuentas y formar un equipo o delegar tareas. Como te decía, no somos especiales ni tenemos super poderes. Si el negocio crece, tenemos que crecer con él. Y si te estancas, te sientes imprescindible y no confías en que otra persona pueda hacer tu trabajo igual de bien que tú… Prepárate para quemarte, agobiarte, desmotivarte… Y terminar tirando la toalla.
En resumen:
Si quieres y estás dispuesta a sacrificarte y comprometerte al 100% con tu idea genial, tú también puedes hacerlo.
Diseñadora de webs con alma en wordpress, mentora y formadora de emprendedoras comprometidas que desean crear un negocio online único y auténtico, conectado con ellas, encontrando el equilibrio en todas las áreas de su vida.
Que buena entrada Celia, yo como tú creo que el asunto no es de un círculo exclusivo de élite, pero en definitiva no creo que sea para todo el mundo.
Esto es bien difícil, son noches en vela, de pronto momentos de risa y otros de llanto, de abandono, de energías puestas.
Quien no esté dispuesto a trabajar en ese plan por sus sueños no va a llegar a ningún lado. Es más las personas cuya mentalidad se basa en culpar a alguien más de su situación son las que sin duda no verán jamás nada de su emprendimiento.
Para mí tienes que ser:
<3 Responsable, de ti y de tus acciones.
<3 Retilicente, la cosa es difícil y necesitas adaptarte.
<3 Tener templanza, las cosas no llegan ni para los cobardes ni para los extremadamente osados.
<3 Estar dispuesto a sacrificar, a invertir, a perder.
<3 Paciente (esta última no es mi aliada jaja)